
¿¿Cuantas almas cándidas habrán caído por las troneras de un billar, perdiendo horas de clases mientras jugaban al billar?? ¿¿Cuantas cañas habrán sido servidas en horas de clase a estudiantes??
No solo los bares y los billares son lugares de corrupción estudiantil, también los quioscos (donde pueden comprar pipas), las panaderías (donde pueden comprar litros, vino Don Simón y Coca Cola), los centros recreativos, los cines, los parques. Ahora que lo pienso... todo lo que nos rodea son trampas para los estudiantes.
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