FIESTA EN MADRID. LA CRONICA.

Bueno, aquí estamos otra vez.

Os estareis dando cuenta que está el blog un poquito abandonado. Es cierto. No hay tiempo para todo y estoy dandome cuenta que 24 horas al día no son suficientes.

La situación es esta. Estoy hecho polvo, menos cansado que hace un mes pero sigo estando cansado. No paro.

Este Julio he estado en Mérida y en Madrid, dos fines de semana en los que no he tenido tiempo ni para suspirar. Pestañear era perderse algo y hacer tantos KMs para dormir es una tontería.

Ya os conté como fue Mérida y los conciertos, ahora toca daros envidia con Madrid.

El Viernes aunque llegamos tarde a la ciudad no impidió que nos fueramos de fiesta. Estuvimos en los locales de la zona de Canovas y Fuencarral. La culminación de la noche fue la visita al Diplodocus, un local que todas las copas son a lo grande, y creedme que cuando digo grande me refiero a MUY GRANDE.

El Sabado nos levantamos temprano y teniamos dos opciones o ibamos a ver las tiendas de ropa (opción que apoyaba Ofelia) o ibamos a la zona de Frikilandia (mi opción). Por supuesto ganó Ofelia porque no tenía prisa por ir a ver cosas además sabía que más de uno querría ir, y sino iba solo, que para eso se moverme por allí.

Después de ver las tiendas tocó ir a comer, y adivinad a donde fuimos. A un chino, por supuesto.

Tras el almuerzo seguimos dando vueltas por tiendas y nos acercamos a "tomarnos un cafe" a Callao, y practicamente a partir de ahí, más o menos a las 19:00 es cuando empezamos la fiesta.

A las 20:30 estabamos de botellona, y a las 21:30 estabamos pasando lista de la gente que había venido, a las 22:00 estabamos en el 666 y desde que entramos allí ya fue todo música, mujeres, alcohol, muchas fotos y hablar, hablar, hablar...

Tras el 666 pasamos al Moscow y de allí al Dark Hole (o lo que es lo mismo, hicimos la ruta típica de locales góticos de Madrid) y más o menos a las 6:00 o 6:30 llegamos al hotel a dormir.

El Domingo prácticamente se puede resumir en autobus.

Pasaron más cosas, pero los detalles morbosos os lo cuento con una cerveza en la mano.