Pero no voy a postponer más lo inevitable, que es contar más o menos nuestro paseo por Gran Canaria.
30 de Abril.
Cogimos el avión a eso de las 23:00 de la noche y llegamos a Las Palmas a las 0:30 hora local. Fue pasar por el hotel y esperar a que Rheane se pasará a recogernos por el hotel para ir a comer algo e irnos a tomar un primer contacto con la isla. Recordemos que es Miercoles.
Despues de cenar algo parecido a un Kebab nos fuimos a la Sala Paraninfo a ver como estaba el tema y allí estuvimos toda la noche escuchando rock surfero, tomando unas copas y unas cervecitas. Como reseña decir que allí ponen garrafón del malo así que pedid mejor cerveza y como anécdota contar que entre canción y canción te ponían otros grupos totalmente diferentes y que daban gusto escuchar (Pantera, Paradise Lost, Metallica...).
1 de Mayo. Como era fiesta no había mucho que hacer, nos pasamos toda la mañana-tarde-noche tomando cervezas y deleitándonos con los precios de los cubatas... a 2,10 euros la copa.... ufff...!!!
2 de Mayo. Este día lo recordaremos por el día que alquilamos el Pandita y encontramos el bar donde tenían Cruzcampo. También fuimos a la playa y descubrimos que la gente de la isla no tiene complejos. Haced el favor de imaginar a una muchacha de 100 kgs en tanga y haciendo topless... sip, estabamos al borde del trauma.
Por supuesto no podemos olvidar que Kato se tiene que poner malo al menos un día cada vez que viajamos y le tocó la china al Viernes. Aún así dormimos poquito planeando que ibamos a hacer el ultímo día.
3 de Mayo. Este día podemos resumirlo en Cruzcampo. Nos fuimos al local donde encontramos nuestra apreciada cerveza y agotamos sus reservas, sip... así somos.
Por la noche fuimos al festival de rock que os comenté el otro día en el blog, la verdad es que duramos poquito porque increiblemente no había ningún sitio donde tomar nada, y no me refiero a beber sino también a comer. Nada de nada.
Nos pasamos la noche charlando y escuchando música y terminamos empalmando la noche con el avión.
4 de Mayo. Pues poco que contar, coger el avión a Sevilla y quedarnos sobados antes de que despegara. Curiosamente Sphinx estaba en el avión y terminamos charlando con ellos.
Y más o menos es todo... lo se, es muy soso, pero si me invitais a unas cervecitas os lo cuento con todo lujo de detalles.
Nos vemos.
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