REFLEXION

Hace ya mucho tiempo que el mundo dejó de ser grande para hacerse muy pequeño, de ser vasto y enorme se convirtió en un "pañuelo en donde nosotros somos meros mocos".

No hace más de 20 años la vida social de la gente eran aquellos que conocías en tu barrio, en el colegio, tus familia, o los del pueblo cuando ibas de veraneo, ahora sin embargo no hay límites. Puedes conocer gente en el otro lado del planeta y no será nada raro.

Internet ha revolucionado la forma de relacionarnos con los demás, ha ampliado los límites, o más bien los ha eliminado.

Ahora hay mucha más actividad social gracias a las redes sociales, donde todo el mundo se puede llegar a conocer, no es difícil, únicamente apretar un botón. Pero como todas las cosas tiene sus cosas positivas y las cosas negativas. Ya no solo es que puedas conocer a más gente y conocerla mejor, sino que todo el mundo sabe lo que haces o dejas de hacer. Si no te importa que el resto de la humanidad sepa lo que haces, no hay problema, pero como quieras tener un poco de intimidad, olvídate.

No hablo de las cosas que publicas o dejas de publicar, hablo de la comunicación entre personas. En estos momentos puedes conocer el más mínimo movimiento de una persona concreta en un instante simplemente preguntando a la persona adecuada. Antes se podía pero había que "indagar" y se tardaba, ahora prácticamente todo el mundo sabe si has ido al baño en el instante de que te sientas en el retrete.

También los rumores y las habladurías se extienden más rápido, una plaga que se contagia velozmente llegando a todo el mundo, distorsionándose y que al final no se sabe de donde salió.

Al final puede resultar que internet puede ser una herramienta muy útil tanto para solucionar problemas como para crearlos.