TODO LO QUE DEPENDA DE UNO MISMO ES POSIBLE
"Que tus labios no firmen cheques que tu culo no pueda pagar"

relato

Miró a los ojos de a quien tan bien conocía y no pudo evitar una punzada de tristeza, la última que quizás sintiese, o eso esperaba. Aquellos ojos que antaño encontró llenos de vida e ilusión, ahora estaban apagados, eran mas pequeños y solo transmitían el dolor que llevaba dentro.
Quiso poder decirle algo que lo animase, que todo saldría bien y que al final encontraría la manera de salir adelante; realmente le habría gustado poder decirlo, pero con el corazón en la mano, aquella mirada estaba lejos de cualquier posible salvación. Recordó los viejos tiempos en los que oírle reír era normal, y por dios! Que alegre era ese sonido, su risa era ingenua, llena de esperanza y alegría, y sobretodo sincera y pura, también acudían a su mente en claro contraste con su actual estado, las ganas de vivir que transmitía, esa fuerza que ponía en todo, en cada pequeño detalle, las ganas de hacer y alcanzar metas, la esperanza que depositaba en sus sueños... sueños que al mirar en aquellos ojos desprovistos de toda vida, comprendió habían muerto.
Suspiro profundamente, sin ocultar el pesar que todo eso le provocaba. Ante el se encontraba una persona totalmente distinta a la que conoció años atrás y a la que quiso y de la que se sintió orgulloso de conocer. Ahora solo la carcasa permanecía, era el mismo por fuera, pero por dentro, estaba muerto, yermo, y lo que era peor, sin esperanza. El proceso aunque claro para el, fue tan sutil que hasta que no fue tarde no pudo hacer nada para remediarlo, y ahora que sabía que pasaba, era tarde. Aquel a quien aprecio seguía siendo el mismo, sus valores, su forma de ver las cosas en esencia eran las mismas, solo una cosa cambiaba, ya le daba igual todo.
LA pena tiene cura, el dolor pasa y se mitiga, si al menos ese fuera el problema quizás algo pudiese hacerse, pero una vez la desidia, la desilusión y la apatía limpian el espíritu de todo, sea bueno o malo, ya no hay nada, lo convierten en un páramo donde nada mas puede germinar, y donde no importa que ocurra, todo es una sombra pasajera que recuerda a lo que antes eras capaz de sentir y ya no, dejando que por un instante tan solo, una punzada de nostalgia y tristeza te llene.
Miro por última vez aquellos ojos sin vida, agonizantes y que perdían el poco brillo que les quedaba y se permitió sentir pena una ultima vez. Cerro los ojos y se centro en notar como todo se apagaba, y en un último suspiro, desterró de su memoria, aquella imagen del espejo.

1 Críticas constructivas:

EGO dijo...

Profundo, se nota el sentimiento.