TACONES, NUEVOS ESTUDIOS

Los tacones, un calzado que para el genero masculino es un gran desconocido y que para el genero femenino es un a la vez un amigo y un enemigo.

Los hombres no podemos negar que unos tacones altos nos ponen tontorrones porque a vosotras os quedan muy bien y muy sexy, unas piernas kilométricas y estilizadas (hay excepciones, pero en general si) que os suben el culito... con sólo pensarlo...

Pero hay tacones y tacones, porque si son muy bajos, ni fu ni fa, y si son muy altos... pues como que parecen un poco ridículos. Las plataformas seran funcionales, pero ya no tienen el mismo efecto en nosotros.

Por supuesto unos tacones en un hombre no producen otro efecto que las nauseas y el asco, además de ganas de propinarle una paliza, pero sin acritud. Eso no quiere decir que un hombre no pueda andar con unos tacones morados con gran estilo y sensualidad, incluso mejor que una mujer (¿¿no es cierto, Lind??).

Además, los tacones tienen varios problemas, son un poquito incómodos de usar y os hacen rozaduras, y su uso prolongado os deforman un poco los pies, además de ponernos a nosotros la cabeza como un bombo por las quejas continuadas. Pero ahora hay nuevas ventajas que superan a los inconvenientes.

Resulta que un estudio de alguna universidad o de alguna empresa de calzado, o de alguien muy aburrido, ha llegado a la conclusión que el empleo continuado de zapatos de tacón que levanten el talón formando un arco de 15º con la horizontal (o lo que es lo mismo 7 cm) es bueno para la salud y el bienestar de la persona.

Al parecer los musculos de las piernas están más relajados y ayuda al desarroyo muscular de la zona pélvica inferior, ayudando a evitar las perdidas de orina y a incrementar la calidad de los orgasmos.

En conclusión, Lind estaba muy sexy con los tacones morados y nosotros aguantamos las nauseas y las ganas de pegarle una paliza por ello.