MUERTE ABSURDA EN CADIZ

Hay mil maneras de morirse, en la cama durmiendo, en un accidente de tráfico, en una guerra, envenado, suicidándose, por un error médico, atragantado... mil y una maneras, pero la muerte de este chico se lleva la palma de la absurdez.

Resulta que este pasado fin de semana se celebraron en la playa de La Victoria, en Cádiz, las tradicionales barbacoas del Trofeo Carranza. Uno de los asistentes, un chaval de 25 años fue como cualquier otro allí, a pasárselo bien con sus colegas. Hasta ahí bien, pues al parecer el chico, me imagino que influido por los vapores etílicos, se le ocurre la brillante idea que para demostrar su hombría y su fidelidad a un amigo suyo (y también la estupidez humana) cogió una navaja que llevaba (para que cojones llevaría una navaja de fiesta ¿¿Para cortar los filetes??) cogió un destornillador y se la clavó en el torso y se puso a darse golpecitos en el pecho. La navaja El destornillador penetró 1,5cms, tan solo 1,5cms, pero lo suficiente para que seccionara una arteria y se desangrara por dentro.

Ni él ni sus amigos se percataron de la gravedad de la herida así que cuando el chaval se desvaneció por la perdida de sangre ya era demasiado tarde, pero el colmo es que además le echan la culpa a los servicios sanitarios.

En fin, uno menos.