LA LEY Y LA JUSTICIA

Ley y Justicia no son sinónimos, y muchísimas veces se encuentran muy distantes entre ellas.

Las Leyes las creo el ser humano para impartir Justicia pues necesitaba imponerse unos límites para poder convivir en sociedad. Muchas veces es difícil convivir unos pocos en una casa, más difícil es convivir cientos o miles en un pueblo o ciudad, y más en la actualidad cuando se cuentan por millones los habitantes de las mismas.

El gran problema de la Justicia es que es lenta, la aplicación de las Leyes por parte de sus responsables es lentísima, por lo que algunas veces las víctimas tienen la sensación de que el culpable se va sin castigo. En muchísimos casos se da la circunstancia que quien aplica la Ley intenta compensar la mala Justicia dada realizando otra injusticia. Injusticia más injusticia, injusticia al cuadrado.

La Ley española es en general benébola con sus infractores, muy dura con los "delitos" que cualquier ciudadano normal y corriente podría cometer pero excesivamente leve con los más graves delitos, como el asesinato, el terrorismo, y similares.

La Ley española piensa que el ser humano es bueno por naturaleza y que cualquiera puede volver al buen camino y reinsertarse en la sociedad, estas Leyes tan blanditas hacen que nuestro país sea un avispero lleno de ladrones multireincidentes con decenas de detenciones, de asesinos que pasan unos pocos añitos en la carcel y que salen de ella sin arrepentirse, o de violadores que vuelven a agredir a una mujer a las horas de salir de prisión, sin olvidarnos que unas Leyes así incitan a probar suerte a la hora de robar, estafar y traficar en el mercado negro.

En nuestro país la Ley y la Justicia no vienen de la mano, y lo peor es que quien administra Justicia no es quien tiene la mayor parte de la culpa sino quien dicta las Leyes.