CARTA DE UNA ESCLAVA

(NOTA PREVIA DE LA AUTORA: El siguiente email no es apto para menores de 18 años o personas cerradas a la amplitud de aspectos que la sociedad ofrece hoy en día)

”"¡Buenos días! ¿Cómo se encuentra mi ama y señora?

Perdón si he retrasado el escrito de esta carta mi ama, pero entre el agradecimiento por el castigo impuesto y ejecutado por mi, y el temor (y la esperanza) de nuevos castigos he retrasado el momento. Además de estar escribiendo de pie, señora, por no poder sentarme de lo que me duele mi culito de esclava, pero claro que bien pensando ¿desde cuando una esclava se sienta en una puta silla, señora?

Bien, sobre el asunto que nos concierne ama, debo contar que ayer en el partidillo de entrenamiento, bien por la excitación o bien por el temor al castigo, conseguí solamente dos sets, a pesar de todo mi empeño de esclava por satisfacer a mi ama. Acabado el partido y después de echar las cuentas del deficit obtenido, estando ya en mi cubículo de esclava, procedí a ejecutar el castigo necesario y debido: 20 azotes con la pala de ping-pong en cada nalga, con lo cual tengo ambas posaderas tumefactas (de ahí mi imposibilidad de sentarme, señora). Aún así, las ejecute fuertes y con alegría, porque consideraba que eran necesarias para mi adiestramiento, justas porque venían del deseo de mi ama, y pocas para lo que me merecía. Además estaba contenta pensando que los dos sets obtenidos, además de ayudarme a mejorar, tenían la recompensa de ser utilizados por mi ama en su satisfacción sexual, dándome derecho (si las esclavas tuvieran derechos, cosa que dudo) a dos penetraciones con violencia y reposo posterior en el lecho de mi ama ¡ay!

Pero, y ahora viene lo peor me temo, ha ocurrido algo que, mi ama, no he podido evitar; mientras castigaba mi cuerpo con fuerza y justicia, un calor repentino invadió todo mi ser, inevitablemente mi vagina se volvió húmeda y, cuando apenas remataba el castigo impuesto por mi ama y no pudiendo evitar la necesidad de una pequeña caricia con la otra, soltó toda su carga por más que trate de evitarlo (en otras palabras, me he masturbado). Es por ello, y soy consciente de que lo merezco, de que temo y espero de mi ama un nuevo castigo, que aceptaré sin rechistar.

Esperando las órdenes y/o caprichos de mi ama, se despide su esclava.

HPM


P.D. Creo que también aprendo rápido como esclava. Besos negros.””

Para que una vez mas veáis el aprecio que os tengo (jijiji) y mi participación en el blog, hoy yo os hago participes a vosotros (como no, para enseñaros) de esta osadía enviada por email. El castigo a ejecutar deberá ser ejemplar por el trato dado a la ama y es aquí donde radica la cuestión. ¿Castigo o destierro? ¿Cruel venganza o la mas dura de las penas? ¿Abandonarla?

Tras vuestras respuestas, os analizaré el email. Quiero ver que conclusiones sacáis vosotros mismos, ¿cuan observadores sois?