TODO LO QUE DEPENDA DE UNO MISMO ES POSIBLE
"Que tus labios no firmen cheques que tu culo no pueda pagar"

NIÑARDOS DE VERANO

No me gustan mucho los niños. De hecho sólo hay unos cuantos niños que me molen: Mis primas, el hijo de mi amigo Sorca, Inua y las niñas de Alfa.

No soy de ésas a los que se les cae la baba cuando ven a un niño y les hacen cucamonas. Cuando aparece un niño, por muy gracioso que sea, yo me quedo impertérrita, no sé cómo tratarles… Por ejemplo, a mis primas sí sé cómo hablarles y cómo tratarlas, porque son parte de mi familia, pero a un niño “anónimo” que se acerca por allí, no sé cómo tratarle, porque si le hago cucamonas me siento ridícula y tampoco le puedo hablar como si fuera una persona mayor, que quedaría más ridícula todavía, por lo que trato de mantenerme un poco al margen cuando aparece un niño en escena. Tanto es así y tan siesa soy con los niños que mis “adorados” tios “amenazan” a sus hijos/as que con llevarles con la Tita Kat si se portan mal, jojojojojo.

De todos modos, hay que distinguir el concepto “niño” del de “niñardo”. El “niñardo” es el típico niño que existe en los restaurantes en todo lo ancho y largo de nuestro país, e incluso del globo terráqueo. Es ese niño porculero que se dedica a correr por entre las mesas, sin parar de gritar, rodeando tu silla, echándote su aliento mientras corre por donde estás sentada, incluso llegando a tirar alguna mesa o silla en sus demenciales carreras. Es ese niño al que te dan ganas de retorcerle el pescuezo porque todo lo que dice lo dice gritando. Más que gritando, rebuznando. Es ese niño tan típico de bodas, chiringuitos, playas y saraos que lo único que hacen es dar por culo, cogerse rabietas, pegar a sus hermanos pequeños y desesperar a sus padres. Aunque hay padres, sobre todo los de los niñardos de restaurante, a los que se la sopla lo que haga el niño o que se tome el comedor del restaurante como si fueran las 24 horas de Lemans: Los padres están ahí como si nada pasara, y, como mucho, someten al tierno infante a una pequeña amonestación en forma de decir su nombre completo (por ejemplo, si se llama Pepe, le dirán “José Antonio, para ya, por favor”) o en su defecto dirán su nombre alargando mucho las vocales (”Albeeeeeeeeeeerto, estate quieeeeeeeeeeeeeto”). Y con eso creen que el niñardo les va a hacer caso.

Los niñardos, por regla general, además son bastante repelentes, bastante rechupantes y redichos, amén de caprichosos, egoistas y crueles. Alguna vez he visto algún capítulo del programa ese de Super Nanny y hay que ver qué perfectos hijos de puta en miniatura que hay sueltos por ahí, de esos que son capaces de hacerte mirar con frenesí una soga y una banqueta.

No sé cuál es el motivo de la proliferación de estos niñardos. La verdad es que éstos son legión e ignoro si es por causa de la educación, tan metódica, a la que ahora son sometidos los niños tanto en lo social como en lo cultural (hay horarios para todo, actividades extraescolares, campamentos, Playstations, canales temáticos sólo para niños, etc, todo como muy calculado y medido), que la generación mía jamás conoció o es problema de los padres “modernos” o no sé qué será, pero el caso es que la proliferación de estos pequeños Damianes hacen que a veces te acuerdes de Herodes con un suspiro de nostalgia y melancolía.

4 Críticas constructivas:

arus3000 dijo...

Odio a los niños y el sentimiento es mutuo.Hay una edad critica (los 2 años) en que su "moneria" se orna insoportabilidad y al contrario que con el vino no mejoran con la edad.
Los infantes de 2 a 20 suelen ser altamente ostiables y mas aun con la educacion de hoy dia.Yo era ostiable como todos, pero aun tenia decencia, educacion y un minimo de respeto.
Herodes fue un visionario

Phidas dijo...

Cuando nosotros eramos unos mocosos no eramos tan cafres (salvo Ego), los niños de ahora hacen lo que les sale de los mismísimos y los padres lo solucionan todo con "son cosas de niños" o "mira, que mono". Pues no, saben perfectamente lo que hacen, no conocen hasta donde pueden llegar las consecuencias de sus actos, hasta ahí de acuerdo, pero las consecuencias inmediatas si las conocen y lo que hacen es poner a los padres a prueba una y otra vez para conocer el límite de hasta donde pueden llegar. Son unos pequeños grandes hijos de puta, crueles y manipuladores, y cuanto antes los metas en cintura mejor.

lind dijo...

Donde guardarian nuestros mañores esas bara de acebuche, esas reglas de a metro y esas correras de cuero... me olvidaba... a los menores no se les puede tocar, necesitan comprension y paciencia, ya me gustaria ver a esos eruditos del tema psicologico como hacen frente a problemas cotidianos XD.

En fin que como siempre se ha dicho una ostia a tiempo hace milagros, asi que ala...

arus3000 dijo...

Pocas ostias y mucha permisividad joder es lo que hay