TODO LO QUE DEPENDA DE UNO MISMO ES POSIBLE
"Que tus labios no firmen cheques que tu culo no pueda pagar"

La mujer y la langosta.

Siguiendo el ejemplo de kat de escribir algo diferente,y la idea de la pezofilia de Ego se me a ocurrido escribir sobre una historia que me contó Phidas y que he decidido escribir para que aquellos que no la hallan escuchado o leido nunca, flipen con las locuras que les da a la gente por hacer cuando les entra el calentón.


Una mañana alrededor de las 5 de la mañana, Susan DeLucci, de 22 años, despertó en su casa de Kittery (Maine), con una dolorosa necesidad de acudir al servicio. Al principio pensó que tenía diarrea, pero cuando se levantó de la cama, se dio cuenta de que realmente era dolor vesvical.

Era muy similar a la sensación de tener diarrea, excepto en que se trataba del orificio equivocado. Se aproximó tambaleándose al baño y al sentarse en él, de su vagina salió el ruido más horrible y nauseabundo que jamás había escuchado.


Envuelta en un dolor paralizante, la señorita DeLucci continuó durante unos minutos, empujando y expulsando a chorros de su vagina una marea ardiente de una inclasificable inmundicia. Mientras se asía con fuerza a los lados del baño, gritaba con desesperación, lo que alertó a sus vecinos, quienes llamaron a la policía. Cuando llegaron los médicos encontraron el cadáver de la señorita DeLucci en el suelo del cuarto de baño, sin nada encima excepto su bata de baño.

Chorreando desde su entrepierna se podía ver una corriente de un líquido verde amarronado. El médico que la examinaba decidió cambiarla a un lugar más ancho, así que cogió su pierna izquierda, que estaba cruzada sobre la otra pierna, para enderezarla hacia fuera.

Cuando lo hizo, la vagina de la mujer quedó expuesta y en ese momento una criatura, no más
grande que un dedo de la mano salió de sus órganos genitales y aterrizó en el suelo con un sonido de chapoteo. Impresionado, el médico miró fijamente la criatura que reposaba en el suelo del cuarto de baño, recubierta por una mucosa. Se trataba de un camarón del fango que se retorcía con saltos a un lado y a otro, jadeando en busca de agua. El médico horrorizado volvió su cara hacia el sanitario sintiendo nauseas.

Cuando observó lo que se encontraba en el váter, la visión fue tan horrorosa que hasta el día de hoy no puede mirar un baño sin convulsionarse. La totalidad de la taza hervía con crías de camarón del fango de color marrón que se movían saltando y salpicando con ritmo furioso.

La muerte de la señorita DeLucci fue el resultado de una combinación de shock nervioso y traumatismo craneal. Cuando la mujer terminó de su 'defecación', se levantó de la taza llena de dolor, y fue en este momento cuando vió lo que había hecho. La impresión fue tal que se desmayó y cayó, golpeándose la cabeza contra el baño y luego contra el suelo.

Se cree, por las investigaciones de la policía, que dos noches antes del accidente, la señorita DeLucci había comprado en la pescadería del mercado una langosta viva. Mientras descansaba en un sofá, insertó suavemente la cola de la criatura en su vagina para darse placer. Sostenía un mechero encendido próximo a la cabeza de la langosta, lo que obligaba al crustáceo a mover su cola en violentos y espasmódicos movimientos. Se encontró una cinta de vídeo con material pornográfico sobre lesbianismo, en una TV que había frente al sofá.

La langosta fue encontrada en la basura de la cocina envuelta en una bolsa de papel. Se encontraron rastros del ADN y vello púbico de la señorita DeLucci en la cola de la
langosta. La cabeza de la langosta estaba ligeramente quemada con combustible empleado en
mecheros.

El intestino y colon de la langosta estaban llenos de huevos de camarón del fango. Los especialistas creen que la langosta los había ingerido previamente (estos huevos son comunes en el agua de las pescaderías en los mercados y son generalmente inofensivos ya que mueren al cocerse). Se supone que la langosta excretó estos huevos en la vagina de la señorita DeLucci cuando ésta la torturaba. El camarón del fango de Maine tiene un periodo de gestación de dos días, y la señorita DeLucci estaba sólamente a cuatro días de la regla. Los médicos pudieron combrobar que en ese punto de su ciclo menstrual la matriz de la señorita DeLucci tenía el equilibrio perfecto de pH para incubar huevos del camarón del fango. Durante la noche los huevos comenzaron su ciclo, durante el cual doblan su tamaño cada diez minutos. Pueden imaginarse el dolor interno que sufrió al despertar esa mañana y 'dar a luz' unas 1000 crías de camarón del fango.

4 Críticas constructivas:

Fomori dijo...

Dios creo que es la historia mas desagradable que he leido en la vida, pero esto me crea una inquietud, dices que phidas te la conto, pero el como la encontro, por casualidad o buscando algun tipo de pornografia zoofilica que fuera mas alla de la mujer y su perrito?, creo que eso jamas lo sabremos.

Kat dijo...

La inseguridad me hace dudar entre clasificar esta historia como ficticia o real y nauseabunda.

Son numerosas las dudas que aparecen sin cesar en mi mente, desde el como se le puede ocurrir a alguien semejante consolador (caro sin duda y doloroso) a que terminaron haciendo con las criaturas nacidas.

phidas, estas enfermo. Comete una langosta.

Phidas dijo...

La historia la encontré en un foro sobre leyendas urbanas, así que no os monteis películas, a ver si va a resultar que también os creeis la historia de la niña, la mermelada, el perrito y Ricky Martin en el armario.

Langosta, ñam, ñam!!

lind dijo...

Es lo mas desagradable que he leido en mucho tiempo. Y no le heches las culpas a los foros phidas, tas enfermo.

Por cierto hacia años que no escuchaba lo de la niña, el perro, el bote de nocilla y ricky martin jejejeje