INSTINTO CAINITA

Ayer otra vez se vió una muestra más del espíritu de fraternidad entre los españoles. Ayer el Barcelona, un equipo español, jugaba la semifinal de la Liga de Campeones con la esperanza de llegar a la final que se jugaría en el Santiago Bernabeu, en Madrid capital de España.

Un equipo de fútbol luchaba por jugar la final en su país, un orgullo para cualquier nación en el que seguramente todos sus ciudadanos, simpatizantes o no del equipo, apoyarían sin reservas pues engrandece con victorias el deporte nacional, y además jugando en casa.

Evidentemente, no todos apoyarían fervientemente al equipo, muchos simplemente no le darían importancia y listo, y quizá una minoría apoyaría al otro equipo porque podrían ser aficionados del mismo (el deporte no tiene fronteras).

Pero en España eso no puede ser. Está profundamente arraigado el instinto cainita, la lucha entre hermanos, la envidia y la malicia, el alegrarse por las desgracias ajenas antes de buscar alegrías propias. Y ayer hubo un buen ejemplo de ello.

Este sentimiento de envidia es parte de la idiosincracia de este país, y los "periodistas" de los diarios deportivos más importantes no hacen más que cultivarlo con su forofismo y con sus opiniones subjetivas, infectando el pensamiento de la masa que los leen. Esta claro que la gente se alegra de las desgracias del vecino para así olvidarse de sus propias desgracias.