En el ser humano, en sus relaciones sociales, no hay verdades absolutas. Todo es relativo y depende de las circunstancias que rodean la situación y el momento.
En un momento de baja moral el ser humano puede dejarse llevar por la corriente, darle las riendas de la situación a otros, delegar en los que te rodean para que decidan decisiones que tú deberías tomar. Has decidido que otros gobiernen tu vida en ese instante.
Que no se equivoquen los que hacen eso, pues la responsabilidad última de las consecuencias dadas es suya pues ellos decidieron que otros pensaran por ellos.
Es una responsabilidad decir "no", si das oídos a los susurros de otros, si aceptas verdades sin pensar, sin comprobar la veracidad de las palabras, la culpa es de uno mismo y no de los otros, pues quisiste creer. Dudar es una virtud y sólo cree quien quiere creer.
SOLO CREE QUIEN QUIERE CREER
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