Hay que reconocer que uno de los grandes placeres de la vida es dormir con alguien (lease tu pareja o un ligue de una noche), placer que por desgracia últimamente no he podido gozar. Bien juntitos, apretaditos el uno contra el otro, perfectamente acoplados y dándonos calorcito el uno al otro (tanto literal como metaforicamente hablando).Pero este placer puede no serlo tanto por ciertos problemillas sin importancia como por ejemplo...
Si la cama es demasiado estrecha. Y es que dormir dos en una cama de 80 o 90 es un poco... ufff... complicado. Al principio mola pero después no tanto.
Si uno de los dos (o los dos) ronca. Y puede ser cualquiera de los dos, tanto él como ella, que hay chicas que roncan y hacen temblar la habitación.Si hace calor. No es por nada pero cuando hace calor prefiero dormir solito simplemente para poder dormir un poco. Ya sabemos como son las noches de Verano en Sevilla.
Si uno de los dos se mueve mucho. Reza para que tu pareja no se mueva mucho porque sino vas a recibir codazos y patadas hasta en el carnet de identidad.
Y es que irte a la cama con tu pareja no es lo mismo que irte a dormir con ella.
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