TODO LO QUE DEPENDA DE UNO MISMO ES POSIBLE
"Que tus labios no firmen cheques que tu culo no pueda pagar"

SOMETIDOS AL ANONIMATO

En su afán por reanimar a las pobres personas que escriben y pasan por estos paramos, el pequeño ego (y si, lo escribo con minúsculas), me ha rogado que os dedique unas palabras de alguno de los diversos temas en los que soy ama y maestra.

A lo largo de esta serie de post, os invitaré a explorar las mil y una caras del sexo, conocer prácticas lejanas, intercambiar experiencias y fantasear sin límites.

Hoy, toca mascaras…

El cine las ha arrinconado a locales clandestinos ligados a prácticas sadomaso. Películas como Irreversible y Pulp Fiction las segregan a contextos gays, pero la figura emergente de la dómina está contribuyendo a la par conditio del consumo de máscaras como fetiche sexual.

Desde el punto de vista histórico, la máscara ha sido un medio para suplantar la propia identidad. Ese fue su uso original en el carnaval de Venecia –y figuras como Arlequín, Columbina, Polichinela– y así funciona también en el terreno fetichista del sexo. En este ámbito quien las compra se muestra determinado y seguro de sí mismo. “El cliente que las pide sabe a lo que viene y no vacila ni un momento”.

Castigo invisible
Como en casi todos los productos relacionados con el sexo, las máscaras guardan secretos. Así, los pequeños orificios para respirar por la boca esconden un pene, que se va hinchando en la boca del sodomizado según accione el partner la bomba de aire. El modelo tiene un precio de unos 124 euros. Otras, incluyen cremalleras u orejas y hocico, a modo de perro.

Estas máscaras tienen uno o varios elementos que pueden desligarse: en algunos modelos, los ojos; en otros, la boca… La versión más lúdica y menos cara remite a la lucha mexicana, con modelos muy llamativos que oscilan entre los 12 y los 14 euros.

Descendiendo a materiales de peor calidad, encontramos las máscaras de látex (disponibles en diversos colores), con huecos en los que enmarcar los ojos y la boca y cuyos precios van desde los 24 a los 38 euros. Cualquier atrezo sadomaso que se precie no puede prescindir de fusta. Las de la casa Zado cuestan en torno a los 30 euros. Las hay con mangos que imitan al pene y azote en trencillas de piel o en forma plana. Guantes y chalecos constituyen los complementos perfectos de toda máscara.


———-Modelos: artesanía al servicio de la confusión———
cortesano
Son el exponente más refinado de la máscara. No llevan gomas de sujección sino una varilla lateral que debe ser sujetada. Una alternativa menos anónima pero igualmente atractiva es el antifaz.

lucha mexicana
Inspiradas en los luchadores americanos, son coloridas y desenfadadas. Prescinden de cremalleras y elementos de quita y pon. Esta sencillez se nota en el precio, inferior al de las máscaras sadomaso.

terminator
Las máscaras usadas en las prácticas sadomaso son siniestras y convierten a quien se las pone en un siervo. Elaboradas en piel, incorporan apéndices como hocicos u orejas de animal. Son de las más caras del mercado erótico.

13 Críticas constructivas:

Thiago dijo...

jaj no sé, no sé.. la máscara no me convece, pero el sexo un poco light, con un poco de cuero, no creas que no tiene su morbo, jaaja

Bezos y gracias por tu visita, cari.

EGO dijo...

Mmm.. en tu linea, veo q vas calentando motores para lo mas fuerte kat (yo tb en minúsculas grrrr...)

Phidas dijo...

Es bueno saber de todo, curioso lo de los tipos o modelos de máscaras.

A ver que nos trae el siguiente capítulo.

arus3000 dijo...

nada un mempo y dejaos de mascaritas de cuero XD

EGO dijo...

Un q? un Meneo digo yo q va integrado en la idea de ponerle una mascara... bueno, tarde o temprano, primero el juego jejeje...

arus3000 dijo...

Mempo criturita mia, es la mascara de las armaduras samurais, normalmente decoradas con aspecto de ONI (demonios) y que encajaban perfectamente en el casco de la armadura, el conjunto si no recuerdo mal se llamaba kabuto. Como mascaras en si estan realmente conseguidas y en lo que se refiere a anonimato, comodidad y resistencia, solo dire una cosa:Soportaban el impacto directo de un katanazo y las usaban para combatir SIEMPRE

EGO dijo...

Si, ahora se a cuales te refieres pero hombre, anonimato no guardaban mucho, pues cada hombre tenia una personalizada, así q sabrían quien es quien, no?

arus3000 dijo...

Dentro del clan si se sabria, pero para el resto,el samurai del mempo rojo seria solo el samurai del mempo rojo, asociado a un nombre que no a un rostro

EGO dijo...

Pero en caso negativo, es decir, en el caso de un acto deshonroso por su parte si se desvelaría, no?

O se soluciona de modo interno?

Phidas dijo...

En caso de deshonor... seppuku.

Anónimo dijo...

Hola a todos!
A mi el rollito ese no me va.. creo que me partiria de la risa si viera aparecer a mi pareja asi.
Aunque me parece curioso e interesante la variedad de complementos y juguetes sexuales.
Me pregunto algo..
¿Creeis que solo por la apariencia fisica de alguien, podemos tener una idea de los sus gustos y preferencias sexuales?
algo asi como..
Gotica= sado
Pija= disfraz de colegiala
Hippie= sexo anal
Son las primeras palabras que me vinieron a la cabeza.. xD
Soy Picca que esto no me deja meter el nombre..

EGO dijo...

Vamos a ver, en ocasiones y no de forma general pueden atribuirse algunas acciones con el "tipo clasificatorio en el que puedas cuadrarte en la sociedad". Pero eso simplemente y no de modo general, se debe a la ideología de esas clases particulares.

Tanto las mascaras como disfraces son un mero complemento a un juego sexual, en el cual, como no los dos deben de estar conformes.

Conozco a muchas mujeres, por poner un ejemplo que siendo de cualquiera de las clases a las que haces referencia les resulta atractiva la idea de que sus novios en alguna ocasión hubieran fingido forzarlas para tener sexo. Un mero juego de lo mas normal.

Incluir una mascara seria un modo de crear un anonimato ficticio que no hace mas que aumentar y reafirmar el juego y las sensaciones.

Phidas dijo...

Los complementos en el sexo lo hacen todo más divertido pero hay que tener cuidado porque el abuso es malo y con el tiempo puedes terminar limitado a tal o cual cosa. Lo importante al fin y al cabo es no caer en la monotonía.