1ª Incursion de Otoño. Sangre y Tormenta...(Parte 1)

El cielo rugia mientras los truenos retumbaban y los relampagos iluminaban a los dos ejercitos que avanzaban decididos unos contra el otro. El navío corsario quedaba al amparo de las fuertes corrientes, entre las rocas, los gélidos estaban nerviosos e irascibles por la travesía haciendo caso omiso a las indicaciones de sus jinetes por lo que tanto Lord Ikh´arar Haidar y un carro de guerra se vieron arrastrados. Ello no mino la determinación del contingente que le acompañaba en la busqueda de los enanos. Guardando los navíos de guerra habían quedado un nutrido grupo de diversos guerreros.


Los operarios del Hiende Tormentas recibieron el aviso de disparar contra un grupo de enormes Ogros que avanzaban a grandes pasos haciendo temblar el suelo. Maniobrando los virotes destripadores impactaron clavandose profundamente en la carne y provocando bajas, recargando se dispusieron a arrojar una nueva y letal andanada. Mientras, las sedientas de sangre buscadoras de tormentas, unas especialmente aguerridas elfas brujas, iban al encuentro de las moles con ansia. En el otro lado del campo de batalla el comandante del caos se encontraba contra los desafia tormentas, una unidad especial de la guardia negra. El comandante altivo y seguro de si mismo reto al jefe de los desafia tormentas quien declino ya que la ira del señor de los siega tormentas caería sobre él si aceptaba.

El choque de las armas no tardo en producirse, resultando en que el caudillo del caos y el jefe de los desafiatormentas se encontraron en la marea de la batalla y el druchii hirio al caudillo en el intercambio de golpes. Mientras ambos regimientos hacian derramar la sangre del otro, siendo brutalmente eficaces los druchii, desbordando a los confiados fieles al caos y siendo barridos a continuación. No muy lejos, contemplando la batalla, la hechicera I´Khara convocaba las oscuras fuerzas de la disformidad para invocar una criatura que lanzo una rafaga de rayos a los fieles al caos, posteriormente, a medida que se desarrollaba la contienda invocó de nuevo y dolorosamente las siniestras fuerzas para debilitar a los oponentes de los druchii.

Las buscadoras de tormentas aun ansiaban más sangre y los barbaros del caos cercanos eran muy apetecibles, en una furia asesina sin igual se lanzaron aullando hacía ellos quienes veían cómo se avalanzaban con sus cuerpos aun manchados de la sangre espesa de los ogros, preparando sus armas esperaron su acometida pero sus rápidos movientos, el veneno que brillaba en las curvas y terribles hojas de sus largas dagas crueles como quienes las empuñaban provocaron una terrible carniceria. Tal fue asi que en su frenesí sangriento, en la lujuría de la matanza se obnibularon perdiendo la noción del tiempo y el lugar.

Los siega tormentas veían como caballeros del caos se acercaban, los desafia tormentas se lanzaron contra ellos y el coste fue terrible, no pudiendo, cansados como estaban aguantar su embestida letal mucho tiempo. La lucha continuó un tiempo más mientras los caballeros recuperaban el cuerpo insconsciente y malherido de su señor retirandolo del campo de batalla y así hacerlo ellos mismos dejando como victoriosos a los cansados, heridos y mermados druchii que habían logrado la victoria con un alto coste.


Recorriendo el campo de batalla mientras dejaba que su gélido se calmara, repartiendo ordenes, Ikh´arar contemplo el lugar, mandando que se estableciera un campo provisional. Capturaron a los enanos y su preciado cargamento de cerveza especial. Pero aquello no era suficiente, esos caóticos debían de guardar mayores tesoros o reliquias. Igualmente revisaron a los caidos en busca de esclavos y recuperar tropas, las buscadoras de tormentas llegaron finalmente e hicieron algunos rituales y sacrificios a Khaine en su honor. Descansando en su pabellón el noble druchii planeaba su siguiente paso mientras disfrutaba de su victoria con la sabrosa cerveza enana y un pequeño festin, aunque sabía que aquello era meramente el principio.